Las salidas fuera o dentro de casa, los paseos o el parque, son fuente inagotable de estímulo y aprendizaje. Los paseos incluyen estímulos de todo tipo: la experiencia sensorial, el desarrollo del lenguaje y el conocimiento del mundo que rodea al niño encierran mucha información y atractivo que podemos aprovechar para su desarrollo.
Muchos aspectos de la vida atraviesan un paseo: el arte, el respeto por la naturaleza, la maravilla de lo vivo, la riqueza de la diversidad cultural, las celebraciones. En palabras de la Dra. Montessori:
“…la importancia de la educación es enorme, porque el hombre posee mucho más de lo que sabe y mucho más de lo que puede disfrutar. jLo tiene todo! Debe aprender a apreciar lo que tiene y a disfrutar lo que ya posee”
Las salidas de casa son un aspecto cotidiano tanto en el ámbito familiar como en la rutina de un centro escolar: al mercado, a la escuela, a visitar amigos, la plaza, o a un museo. Desde la mirada de Montessori, las salidas no son solo motivos de aprendizaje, sino que se enmarcan en toda una filosofía de valoración y respeto por la vida porque
- Dan una perspectiva espiritual de todo lo creado, y dan al niño su lugar en el universo, porque se sitúa como pequeñs frente a todo lo creado
- Ofrecen el concepto de que el universo es una red de relaciones con interdependencia
- Dan el concepto del misterio, valor y cuidado de la vida
- Parten del concepto del universo como fuerza organizacional: todo tiene un orden (¡como en el ambiente preparado!)
- Muestran al niño que todo ser vivo tiene una tarea, una función, un trabajo
- Pone de relieve la importancia de la diversidad, el diálogo y el respeto intercultural
Oler frutas en una verdulería, distinguir las formas de las hojas en un parque o aprender a caminar en diferentes lugares según el contexto cultural: recorrer en silencio un templo, correr en un parque, aprender a ser espectador en el cine o escuchar un cuento de una abuela.
Es decir, pensar una salida sencilla con ese marco filosófico, la convierte en una ocasión que trasciende el lugar o la actividad concreta, y la transforma en una oportunidad rica para darle al niño una visión de todo el universo, ¡aunque solo vaya al supermercado! Pero para ello hace falta un adulto que le dé a una salida sencilla, esta mirada trascendente, valorativa.
Les propongo aprovechar cada paseo, por pequeño que sea, en una experiencia rica en estímulos sensoriales, motores, en vínculos de afecto manifiesto, en tiempo dedicado al niño.
Autor: Lic. Graciela Heguy
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